Torta de pan

Porque de algo hay que vivir. He estado descubriendo un lado mío que nunca antes había explotado: la comida. Hasta los 18 años habré cocinado 15 veces en mi vida y es mucho. Después tuve un novio (con el que viví un tiempo) que sólo comía cosas blancas, carnes, plátano y Toddy así no tenía que esmerarme, porque como se darán cuenta por ahí no muere ese pez. Luego, viví con mi abuela fanática de la limpieza, obsesiva compulsiva de la personalidad, diagnosticada por Wikipedia y mi persona, psicóloga de la república, que nada le horrorizaba (con esa palabra) más que ver la nevera llena o la cocina sucia (así estuvieras usándola en el momento) así que opté por comer en el comedor y por ahí. 
Ahora bien, ando viajando y la gente en verdad muy chévere, siempre me regalan comida, me invitan a comer pero también hay que cocinarse y cocinar, además que la venta de comida funciona muy bien si andas por ahí sin muchos recursos como yo. Empecé a inventar y me atreví a hacer recetas que poco a poco iré montando.
Lo primero que hice para vender fue una torta de pan. En Buenos Aires, viví con unos hippies que pedían comida en las panaderías y verdulerías. Un día le regalaron mucho, mucho pan, más del que queriamos\podíamos comer. Así decidimos hacer unas tortas para venderlas y aumentar los recursos del sombrero mágico. Y esta la receta y los trucos:
Ingredientes:
- Pan (preferiblemente viejo y eso es lo bueno de esta torta)
- Leche (en esa ocasión como queríamos hacerlo vegano, sin animales ni sus derivados hicimos una leche de avena: se obtiene dejando la avena de un día para el otro en remojo y luego colando)
- Pasitas
- Vainilla
- Azúcar.
- En esta ocasión le agregamos harina de algarrobo y cacao en polvo.
Preparación
Se precalienta el horno a unos 180 C. En un recipiente dejamos el pan en remojo en leche (agregar leche hasta que cubra la cantidad de pan) por unos 20 minutos. Colocar el pan, ya suave en la licuadora y agregar azúcar y los otros ingredientes en cantidades que dependen del gusto del cocinero. Se le puede agregar leche condensada, canela, mantequilla, frutas, etc. y se bate hasta que quede con la consistencia de una crema bien espesa. Se enmantequilla y enharina un envase para meter la mezcla en el horno y se cocina por aproximadamente 45 minutos o hasta que se pinche con un cuchillo y éste salga limpio.
Se puede vender a 10 pesos argentinos el pedazo que equivale a un dólar. Es fácil, rico y saludable. En argentina se dice pudin de pan, en Brasil también sólo que en portugués: pudim de pão. Bueno, bonito y barato. 
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Comentarios

  1. Amigaaa!!!

    en Uruguay es budín de pan, y se le mete adentro pedacitos de dulce de membrillo; en Venezuela la hago con dulce de guayaba. ¡deliciosa comida de pobres!
    te amo. leerte!

    aquí escribo muy de a veces...

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