Pasta de diente
Pasta de diente casera.
Hace poco estoy en una de hacer mis propios productos cosméticos, comencé por la pasta de dientes y quería compartirles la receta (muy fácil) y las propiedades de los ingredientes que usé.
Antes quiero compartir con ustedes algunas cosas que posiblemente nunca pensamos acerca de la pasta de dientes. En primer lugar, no es necesario la pasta de diente, con una buena cepillada podemos prescindir de ella. En segundo lugar, cuando comenté que estaba haciendo una pasta de diente saltaron dos posiciones: los hippies que están de acuerdo con básicamente todo lo natural y en específico con eliminar el flúor de nuestras vidas; y los científicos (léase dentistas o profesionales de la salud bucal) que tienen una posición contraria. Yo, como siempre, en el medio. Entonces, está el tema del flúor, que si es bueno, que si es malo, que si nos destruye las neuronas para que no pensemos y El Imperio pueda controlarnos, no sé, hay muchas teorías y muchas posiciones.
El fluor ayuda a proteger los dientes al crear en éstos una capa protectora que fortalece el esmalte. En Estados Unidos y otros países el agua está fluorizada con la excusa de que ayuda a prevenir la aparición de las caries, además hay varios alimentos que contienen fluor incluyendo la sal que tanto consumimos. No nos deshacemos del fluor sólo por usar una pasta sin éste, aunque creo que es parte del equilibrio. El exceso de fluor puede producir esmalte moteado que son esas pequeñas manchas de color amarillento que a menudo aparecen en la infancia, también conocido como fluorosis
Hace poco estoy en una de hacer mis propios productos cosméticos, comencé por la pasta de dientes y quería compartirles la receta (muy fácil) y las propiedades de los ingredientes que usé.
Antes quiero compartir con ustedes algunas cosas que posiblemente nunca pensamos acerca de la pasta de dientes. En primer lugar, no es necesario la pasta de diente, con una buena cepillada podemos prescindir de ella. En segundo lugar, cuando comenté que estaba haciendo una pasta de diente saltaron dos posiciones: los hippies que están de acuerdo con básicamente todo lo natural y en específico con eliminar el flúor de nuestras vidas; y los científicos (léase dentistas o profesionales de la salud bucal) que tienen una posición contraria. Yo, como siempre, en el medio. Entonces, está el tema del flúor, que si es bueno, que si es malo, que si nos destruye las neuronas para que no pensemos y El Imperio pueda controlarnos, no sé, hay muchas teorías y muchas posiciones.
El fluor ayuda a proteger los dientes al crear en éstos una capa protectora que fortalece el esmalte. En Estados Unidos y otros países el agua está fluorizada con la excusa de que ayuda a prevenir la aparición de las caries, además hay varios alimentos que contienen fluor incluyendo la sal que tanto consumimos. No nos deshacemos del fluor sólo por usar una pasta sin éste, aunque creo que es parte del equilibrio. El exceso de fluor puede producir esmalte moteado que son esas pequeñas manchas de color amarillento que a menudo aparecen en la infancia, también conocido como fluorosis
Si estás interesado en saber a profundidad otros efectos del fluor en nuestro cuerpo, esta bloguera hace una buena investigación con referencias confiables: http://siempre-natural.blogspot.com.br/2012/02/fluor-malo-para-tus-dientes-y-para-tu.html
En tercer lugar, creo que elaborar nuestros propios productos en casa es siempre más saludable (tu eres el que mide y usa los ingredientes), más económico (además de que inviertes el dinero en microempresas o hasta es posible conseguir varios de los productos en tu jardín por lo que no estarías apoyando a macroempresas) y menos contaminante (puedes reciclar el envase para usarlo de nuevo y no utilizas los químicos de los productos industrializados). Además puedes inventar, si investigas, hay muchos ingredientes que puedes elegir para hacerla a tu gusto. Yo elegí estos por las siguientes razones:
Salvia: tiene propiedades antisépticas y previene la inflamación de las encías, las úlceras y las llagas bucales, así como la faringitis.
Tomillo: tiene propiedades antisépticas, se emplea para la halitosis (mal aliento), enfermedades de la boca, aftas, cuidado de los dientes y encías.
Sal marina: la sal marina es usada contra inflamaciones bucales y de garganta. Además, incrementa la acción de la arcilla. Contiene flúor pero la cantidad es menor que en una pasta de dientes industrializada.
Bicarbonato sódico: elimina el sarro y blanquea los dientes además de tener un sinfín de propiedades para otras partes de nuestro cuerpo.
Arcilla blanca o caolín: tiene oligoelementos que intervienen en la formación y conservación de los dientes, además, impide la ploriferación bacteriana y microbiana y refuerza las defensas del organismo. El hecho de sentirse los granitos de arcilla ayuda a enjuagarse mejor la boca para evitarlos y al ser un granito de arcilla tan fino no raya el esmalte dental y ayuda en la consistencia de la pasta de dientes.
Menta: sabemos que ayuda a contrarestar el mal aliento (aunque si te cepillaste bien y no tienes ningún problema en algunos de los órganos del aparato digestivo no deberías tener mal aliento) y calma los dolores dentales.
Cantidades:
2 pizcas de sal marina refinada.
2 pizcas de bicarbonato (se puede echar más pero la pasta quedará un poco salada)
4 gotas de aceite de esencia de menta.
10 cucharadas de té de salvia y té de tomillo.
Arcilla blanca hasta obtener la consistencia adecuada.
Preparación
hacer el tomillo y la salvia en un té, agregarle el bicarbonato y la sal mezclando constantemente para evitar los grumos. Agregar las 4 gotas de aceite de menta e ir echando poco a poco la arcilla hasta obtener la consistencia deseada. Colocar la mezcla en un pote limpio y seco y mantener tapado.
Y a sonreír! :D
Salvia: tiene propiedades antisépticas y previene la inflamación de las encías, las úlceras y las llagas bucales, así como la faringitis.
Tomillo: tiene propiedades antisépticas, se emplea para la halitosis (mal aliento), enfermedades de la boca, aftas, cuidado de los dientes y encías.
Sal marina: la sal marina es usada contra inflamaciones bucales y de garganta. Además, incrementa la acción de la arcilla. Contiene flúor pero la cantidad es menor que en una pasta de dientes industrializada.
Bicarbonato sódico: elimina el sarro y blanquea los dientes además de tener un sinfín de propiedades para otras partes de nuestro cuerpo.
Arcilla blanca o caolín: tiene oligoelementos que intervienen en la formación y conservación de los dientes, además, impide la ploriferación bacteriana y microbiana y refuerza las defensas del organismo. El hecho de sentirse los granitos de arcilla ayuda a enjuagarse mejor la boca para evitarlos y al ser un granito de arcilla tan fino no raya el esmalte dental y ayuda en la consistencia de la pasta de dientes.
Menta: sabemos que ayuda a contrarestar el mal aliento (aunque si te cepillaste bien y no tienes ningún problema en algunos de los órganos del aparato digestivo no deberías tener mal aliento) y calma los dolores dentales.
Cantidades:
2 pizcas de sal marina refinada.
2 pizcas de bicarbonato (se puede echar más pero la pasta quedará un poco salada)
4 gotas de aceite de esencia de menta.
10 cucharadas de té de salvia y té de tomillo.
Arcilla blanca hasta obtener la consistencia adecuada.
Preparación
hacer el tomillo y la salvia en un té, agregarle el bicarbonato y la sal mezclando constantemente para evitar los grumos. Agregar las 4 gotas de aceite de menta e ir echando poco a poco la arcilla hasta obtener la consistencia deseada. Colocar la mezcla en un pote limpio y seco y mantener tapado.
Y a sonreír! :D
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