Reflexión postdiscusión absurda con un chavista

Evito hablar de política, religión o cualquier tema que suscite fanatismos y polarización. No es que no me guste discutir, al contrario, amo discutir. Viniendo de un país de controversias políticas como es Venezuela, sobre todo en este momento, me encuentro con muchas personas que me preguntan si soy del chavismo o de la oposición. La respuesta que dé, sea cual sea, siempre va a tener un sin fin de cualidades, defectos y\o virtudes asociadas. Pareciera que no puede existir una persona de izquierda que no sea chavista, o personas de la oposición con nivel económico bajo. Es como que un cúmulo de características se asocian al simple hecho de ser de un lado o del otro, no se puede estar en el medio. 

Igual pasa con la religión. Como si ya no hubiese conocido ladrones evangélicos o personas que distinguen muy bien el bien del mal y son ateos. Hablar de política o religión es hablar de fe, en la religión todos la entendemos pero en la política es aún más absurda. Tenerle fe a un discurso, a una persona, a Chávez (creo en Chávez todopoderoso creador del chavismo y al parecer de todo un ideal izquierdoso revolucionario y patriota) ¿no les suena absurdo?. Y no sólo eso, sino que quieren convencerte de que tienen la razón, es decir, debes tenerle fe a lo que yo le tengo fe, cómo se te ocurre criticar al Todopoderoso, cómo no crees en mi ideal de lo que habla un tipo del que nadie tiene certezas. 

Por ideales, por discursos y por ese fanatismo errante en cualquier cosa es que hay guerras, peleas estúpidas, muertes “justificadas”, pasiones desenfrenadas. Así que querido chavista, evangélico, futbolista, testigo de jehová, pelotero, kichnerista, petista, ciclista, motociclista, fanático de los Volskwagen, creyente de la cultura maya, lector de auras, hacedor de cartas astrales, cristiano, puta o mercenario, no me interesa cambiar mi opinión con respecto a ciertos temas, me siento cómoda con eso y sobre todo, no quiero cambiar mi opinión por la tuya. Nadie tiene una opinión mejor que la de otros, y créeme, me gustan las discusiones con argumentos, con personas de mente abierta, con flexibilidad y empatía, así que podemos hablar sobre otras cosas.

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